ENTORNO
Velilla de Medinaceli está rodeado de riachuelos, bosques y valles que invitan al paseo o al senderismo incluso sin seguir un rumbo o itinerario previamente elegido. Pero aun así existen algunos lugares que los visitantes no deben perderse.
Uno de los lugares más destacados de Velilla es La Chorronera, una cascada en forma de velo de novia que salva un importante desnivel de unos veinte metros del río Blanco.
También merece la pena un paseo a la Balsa, un amplio espacio de agua donde pueden contemplarse anátidas en algunas épocas del años y restos de un cementerio medieval con tumbas excavadas en la roca
Otro lugar interesante es el Lavadero público, que aunque se encuentra en una situación manifiestamente mejorable y que se merece una restauración, nos permitirá rememorar un tiempo en el que este espacio cumplía las mismas funciones que hoy cumplen las redes sociales, es decir, un espacio de encuentro entre personas y de intercambio de informaciones, noticias, opiniones y chascarrillos. El lugar en el que se hacía visible a vida social de la localidad.
Si el paseo nos lleva a los restos del cementerio medieval podremos descubrir algunas tumbas excavadas en la roca
También pueden visitarse algunas fuentes de agua sulfurosa. Aguas que desprenden un olor desagradable pero que al parecer son beneficiosas para algunas enfermedades de la piel.
Otra de las fuentes ofrece al visitante agua ferruginosa, buena para abrir el apetito, según los lugareños.
La iglesia de Velilla, Presentación de Nuestra Señora, tiene como interés especial el retablo renacentista del siglo XVI y merece unos minutos de nuestro tiempo. Otro vestigio que ha dejado la religión es la Cruz pétrea situada en la encrucijada de la que parte el camino al salto de agua de La Chorronera y al despoblado de Avenales. Cruz que supera el metro de altura.
Uno de nuestros paseos debe llevarnos a la antigua mina de hierro. Situados junto al río Blanco pueden contemplarse los restos, en situación de abandono, de esta antigua mina con sus galerías y barracones.
El último punto que queremos destacar es el Monte de La Coronilla. Una nueva subida de varios kilómetros nos llevará a la llamada explanada de La Coronilla, su cima, donde las encinas ocultan los restos de un antiguo castro celtibero. Si nos fijamos descubriremos restos de la muralla. Además, las vistas desde este lugar son espectaculares.